El cromo es un metal de transición reconocido por su alta dureza y su capacidad para formar capas de óxidos protectores, lo que le confiere una resistencia excepcional a la corrosión y a la oxidación. Su aplicación más relevante es en la fabricación de aceros inoxidables y recubrimientos galvánicos, donde mejora la resistencia mecánica y la durabilidad. Además, es ampliamente utilizado en procesos de deposición química de vapor (CVD) y deposición física de vapor (PVD) para la creación de recubrimientos protectores en herramientas de corte y componentes aeroespaciales. En la industria química, el cromo se emplea en catalizadores para la síntesis de productos petroquímicos.